La niña quieres que su habitación sea un castillo de princesas y el niño prefiere que sea un selva con cocodrilos y dragones. Cuando cada uno tiene su propia habitación no hay problemas, pero ¿qué pasa cuando tienen que compartir habitación? Durante los primeros años la convivencia es fácil y comparten el espacio sin problemas, pero más adelante cada uno querrá imponer su propio espacio.
Lo ideal sería crear un espacio común y compartido que cada uno tuviese una mínima zona personal que pudiese decorar a su gusto; es decir compartir un mismo estilo decorativo pero manteniendo un pequeño espacio personal en la zona de su cama.
Si esto es imposible y la habitación es lo suficientemente grande apuesta por una separación física y visual del espacio en dos parte; es decir comparte mobiliario cada uno con su cama, su escritorio, etc., pero en los colores que más le guste.