Cuando va pasando el tiempo, nuestra casa necesitará una serie de reformas. Algunas de ellas no las pensamos tanto y lo que hacemos es directamente comprar y tirar o cortar por lo sano todo lo que ya no nos sirve. Pero siempre hay una segunda opción que debemos recordar. Las puertas de casa se pueden renovar sin la necesidad de que sea un proceso realmente complicado.
Además, con un poco de paciencia y una serie de consejos se puede conseguir antes de lo que esperas. Por eso, si tus puertas están desgastadas o incluso descoloridas y deterioradas en general, entonces debes hacer algo con ellas ya. Porque desde el momento que cambie todo eso, tu casa también lo hará de raíz. ¿Comenzamos con el cambio de tu hogar?
¿Qué encontrarás aquí?
Recopila todo lo que realmente necesitas para renovar las puertas
Para que no se nos quede nada en el tintero, necesitamos contar con una serie de materiales y tenerlos a mano para cuando vayamos a comenzar. Es por ello que en este caso lo más básico es apostar por una lija que será la que nos deja la superficie totalmente lisa y sin superficies rugosas para poder comenzar con nuestro trabajo. El cubo o cubeta para la pintura es uno de los complementos más básicos. Pero si hablamos de básicos, entonces nos quedamos con la pintura para lacar puertas y la imprimación para poder sellar la madera y que cuando le añadamos la capa de la pintura esta tenga un mejor agarre. Por lo que a grandes rasgos con las cosas que vamos a necesitar para poner manos a la obra.
Saca los herrajes y retira la puerta
Es cierto que para una mayor comodidad, son muchas las personas que deciden renovar las puertas sin retirarlas de dónde están. Pero quizás sea un trabajo más minucioso porque siempre habrá rincones a los que no tengamos un fácil acceso. De ahí que siempre se aconseja el poder retirar la puerta y colocarla en una mesa de trabajo o una zona bien cubierta con plásticos y periódicos para que la pintura no manche. Del mismo modo tenemos que quitar todos los herrajes para que no se dañen con la pintura. Cuando realmente no sea posible, ya sabes que lo que debes hacer es cubrir las partes que no vas a pintar, con una cinta carrocero. Esto hará que dichas zonas queden bien cubiertas.
Llega el momento de lijar la puerta
Cuando ya tenemos todos los materiales que necesitamos a mano y la puerta desmontada o al menos cubierta en esas zonas que no vamos a necesitar. Es el momento de pasar a la acción para renovar las puertas y lo haremos con el lijado. Porque es una de esas técnicas que nos permite ver la superficie totalmente lisa y perfecta. Es decir que cuando hay acabados rugosos estos pasarán a la historia si le pasamos la lija antes. Eso sí, debemos tener siempre un poco de paciencia y hacerlo con calma para conseguir ese mejor resultado que esperamos. Por lo que debes saber que si la superficie en sí está bastante deteriorada entonces lo mejor es que uses una lija de grano grueso. Porque esto se traduce en que necesita más trabajo. Cuando ya vayas viendo que se llega a un equilibrio entonces puedes pasar a una lija de grano más fino. De hecho siempre es aconsejable terminar con ella para que el resultado sea todavía más profesional.
Llega el momento de limpiar bien la puerta
Aunque a veces no lo pensemos tanto sí que es necesario el poder pararnos un rato más en la limpieza. Porque es crucial y lo sabemos. En este caso todavía más, porque si después de lijar y antes de pintar nos quedan algunos restos estos se van a notar en el resultado final y no es lo que queremos. Así que, aunque sea de lo más evidente sí que es cierto que debemos limpiar bien toda la superficie con un paño. Aunque debemos seleccionar bien el paño porque ya sabemos que algunos dejan también ciertas pelusas. Si tienes un aspirador de mano, es el momento de usarlo. Porque solo así nos vamos a asegurar que todo estará realmente perfecto.
La imprimación es uno de los grandes básicos
Es cierto que en algunos casos puntuales a la hora de renovar las puertas no se usa, pero sabemos que su resultado cuando los muebles llevan una capa de imprimación es de lo más original. Es por ello que cuando hemos tenido que lijar mucho porque las puertas estaban realmente gastadas sí es necesario una o dos capas de la misma. Para ello puedes usar tanto un rodillo como una brocha. Eso sí, si le das dos capas, debes esperar siempre a que la primera seque del todo. Ya en el propio envase suelen aparecer los tiempos y cuáles son los pasos a dar. Lo que queremos es conseguir un resultado mucho más liso, porque de este modo las puertas parecerán como nuevas cuando las pintemos. De ahí que el trabajo tenga que ser continuo evitando dejar gotas o zonas irregulares. Si tiene algún detalle más pequeño, entonces usa un pincel o brocha adecuado a su tamaño. ¡Si consigues extender bien el producto, ya tendrás mucho ganado!
Finalmente elige el esmalte
El esmalte o laca es el paso fundamental para renovar puertas o para lacarlas porque ya lleva ese nombre. Se trata del paso final tras haber secado la imprimación. De nuevo, debemos hacer algo similar y es aplicarlo por toda la superficie siempre hacia un mismo lado sin dejar ningún tipo de error entre medias porque se notaría en el resultado final. Para ello, debemos extender bien el producto lo máximo posible. Llegados a este punto siempre conviene ajustarnos a las recomendaciones de cada fabricante. Porque en algunos casos puede ser necesaria una segunda capa y eso sí, independientemente de ella, tendrás que dejar secar totalmente antes de volver a colocar la puerta en su sitio. ¿Te atreves a renovar las puertas de tu hogar?