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En ocasiones no necesitamos un pretexto para querer cambiar el color de una estancia, simplemente nos hemos cansado del que teníamos, hemos visto una idea nueva, etc. Pero antes de ponernos manos a la obra hay que decidir el nuevo color, el tipo de pintura y también el tipo de lustre que queramos que tenga la pintura.
El lustre es el brillo que veremos en la pared una vez que la pintura se haya secado, pero para elegir esto hay que tener en cuenta de qué estancia se trata, qué tipo de superficie es, etc. Estos son algunos consejos, toma nota:
- Mate: es la pintura menos brillante de todas. Es ideal para cubrir las imperfecciones de la pared ya que es porosa, aunque se suele ensuciar con mucha facilidad. Este tipo de pintura se suele usar para las zonas menos frecuentadas de la casa y para los techos. Otra opción es la semi-mate que es más porosa y también más lustrosa.
- Satinada: es más brillante que la anterior, tiene un terminado aterciopelado y suave. Se suele emplear en los lugares más frecuentados de la casa como la cocina, la habitación infantil, etc. También está la pintura semi-brillante que es más fácil de limpiar aunque no disimula las imperfecciones de las paredes.
- Brillante: no se suele utilizar mucho ya que resalta mucho las imperfecciones de las paredes.
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