La falta de metros en las casas hace que muchas personas hayan aprendido a aprovechar el espacio al máximo. En la mayoría de los casos, los dormitorio que nos encontramos son rectangulares lo que hace que sea más dificíl de decorar. Pero las reglas son las mismas, hay que buscar muebles que sean cómodos, funciones y, por supuesto, decorativos.
La mejor opción en estos casos es recurrir a los sistemas modulares que se adaptan a cualquier espacio. Además, según vaya pasando el tiempo y los niños vayan creciendo se pueden ir añadiendo o quitando módulos sin tener que cambiar toda la habitación. La habitación evoluciona a la vez que el niño.
En este tipo de dormitorios, lo aconsejable es colocar el cabecero de la cama en la pared más larga de la habitación y de esta forma aprovechar el resto de la habitación con otros muebles. Además, para que el niño pueda disponer de su zona de juegos, deberás poner el escritorio en la pared contraria al cabecero de la cama.