Uno de los elementos que más han cambiado las cocinas en los últimos años ha sido la placa vitrocerámica. Dan un aire moderno y elegante, además de ser mucho más cómodas para cocinas y fáciles de limpiar. Otra diferencia la notamos en el ahorro energético que suponen. Pero no todas las placas funcionan con gas y cada una tiene sus propias características. Elige el tipo de vitrocerámica más adecuada a tus gustos y necesidades:
- Vitrocerámica de gas: son las más unidas a las cocinas tradicionales de gas. Siguen funcionando con gas, pero en este caso los quemadores están bajo una placa de cristal.
- Vitrocerámica eléctrica: son las más habituales. El principal inconveniente de este tipo de vitrocerámica es que si se va la luz no podrás cocinar además de que suponen un aumento en la factura de la luz.
- Placas de inducción: son las más modernas, se calientan más rápido que cualquiera de las anteriores y son las más seguras ya que no se calientan si no detectan un recipiente encima.
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