Dos de los elementos básicos son la vitrocerámica y el horno. Aunque muchos de vosotros tenéis placas de inducción, bien es cierto que en este caso, los remedios caseros también sirven para este tipo de cocinas. Su uso es bastante continuado así que, es normal que se vayan ensuciando y no solo eso, sino que además presenten algunos restos que no son tan sencillos eliminarlos como pudiera parecer. Así que hoy, vamos a proponeros unas ideas sencillas para que puedas contar con una cocina resplandeciente.
Seguro que todavía recuerdas los fogones de antaño, pues en este caso, podemos decir que las tareas de limpieza son un tanto más sencillas. Así que, parece que tenemos todo de nuestra parte. Ahora solo queda sacar un poco de tiempo y ponernos manos a la obra. Lo que hay que tener en cuenta es que se trata de un material que puede dañarse, así que vamos a tener especial cuidado con él. Siempre usaremos algunos paños muy suaves o bien esponjas y como no, su rasqueta. Pero nos tenemos que olvidar de los estropajos convencionales porque sin duda, dejarán más marcas, que no necesitamos.
En primer lugar, podemos optar por los productos típicos para este tipo de fuego. Pero si quieres ahorrar un poco, puedes lavarla con agua y jabón. Eso sí, también es indicado que el jabón cuente con unos componentes específicos para este tipo de cocinas. Más que nada porque nos aseguramoso que estamos en buenas manos. Los restos más incrustados, serán trabajo para la rasqueta y nuevamente, pasaremos un paño húmedo para eliminar todo tipo de resto.
Uno de los trucos caseros por excelencia es limpiar la vitrocerámica con limón. La acidez del mismo hará que la suciedad se elimine mucho más rápido de lo que pensamos. Puedes aplicar el zumo de limón directamente sobre los restos de comida o manchas en particular. Solamente dejaremos que actúe unos segundos y luego, retiramos con un paño húmedo. Otro de los trucos más usados es utilizar un poco de vinagre diluido en agua. Con esta mezcla también limpiaremos las manchas.
Para el horno, vamos a necesitar medio litro de agua por 250 gramos de sal. El agua es mejor que esté un poco caliente. Lo mezclamos bien y lo podemos ir aplicando por las paredes del horno, con la ayuda de un paño o estropajo. Lo dejaremos unos minutos y retiramos con un nuevo paño húmedo. La combinación de vinagre de manzana con un poco de bicarbonato, también nos permite retirar la grasa del horno.