Porque el baño es uno de esos lugares que siempre debemos de tener muy limpios para evitar las bacterias y también las acumulaciones de suciedad que siempre serán más complicadas de retirar. Antes de que se formen debemos de estar pendientes y de mantener una constante limpieza en él. Sabemos que algunas de sus partes no siempre se limpian con facilidad pero hoy vamos a intentar que con los consejos prácticos, nuestro baño esté perfecto durante mucho más tiempo del que pensamos. ¡Apunta todo lo que sigue!.
Limpiando la bañera
La bañera o ducha son los focos principales de nuestro trabajo de limpieza. Lo primero que debemos de hacer es pasarles una esponja o bayeta para eliminar todos los restos del gel. Siempre podemos ayudarnos de un poco de producto específico para esta zona, pero siempre que sea de calidad para evitar que se desgasten los materiales. Para la mampara puedes ayudarte de un poco de vinagre y agua pero si aún así no lograr retirar las gotas de cal, prueba a pasarles un rascador de cristales que es similar al de la vitrocerámica. Si las manchas persisten, deja la bañera con un poco de agua caliente toda la noche y limpia por la mañana.
Inodoro libre de bacterias
Para conseguirlo no es complicado pero sí debemos de tener en cuenta cada una de sus zonas. Usa un producto específico para él pero si en ese momento no lo tienes, prueba de nuevo con el vinagre y agua, pero que el primero sea blanco. Siempre que apliquemos un producto, lo dejamos unos minutos, mientras limpiamos otra zona para que se ablande la suciedad.
Los suelos y paredes
Ahí entran los azulejos y baldosas que también cuentan con bastante suciedad. Debemos de limpiar las juntas con un cepillo de dientes que no usemos y aclaramos siempre con agua. Aunque nos lleve su tiempo, siempre tendremos un buen resultado.
Recuerda que para darle un poco de brillo solo necesitamos agua y jabón. Si cuentas con una superficie de mármol siempre puedes aplicar un poco de polvos de talco que los protegen y retirar con un paño húmedo. Para el gres, lo mejor es retirar la suciedad con escoba o mopa y pasar luego a fregarlo con productos específicos. Si han perdido el brillo, siempre puedes añadir unas gotitas de cera líquida al agua con el que vas a fregarlos. Recuerda que mínimo, tendremos que hacerlo una vez por semana para evitar la acumulación de cal y otras bacterias.