No tenemos porqué pagar por un trabajo que sabemos realizar nosotros mismos. Sin duda, muchas veces nos da un poco de miedo el comenzar, porque no sabemos cómo terminará. Así que, nada como añadir un poco de valor y ponernos manos a la obra para unos resultados asombrosos. En este caso nos quedamos con cómo pintar las paredes de manera profesional. Una técnica que aunque parece sencilla, no siempre lo es para todos por igual. Así que, a partir de hoy, ésto cambiará.
En primer lugar, tenemos que elegir la pintura correcta. Aunque es sencillo también, en ocasiones se nos complica. No nos podemos dejar llevar por precios más económicos si queremos un resultado perfecto y duradero. Es por ello que siempre hay que mirar la calidad precio. Son varios los tipos de pintura que tenemos, así que, tendremos que estudiar un poco el color y el acabado que queremos antes de pasar a la acción.
Si la pintura es de buena calidad, no te olvides de que las herramientas también tienen que serlo. Así evitaremos disgustos como que se partan, que nos dejen huellas en medio de la pared, etc. Los rodillos y brochas tienen mucho protagonismo para un acabado de película en nuestras paredes. Recuerda siempre que antes de comenzar a pintar, las paredes tienen que estar bien limpias. Ésto hará que la pintura se adhiera mucho mejor. Para ello puedes pasar una esponja impregnada en agua y jabón. Dejarás secar y ya estará la pared preparada para recibir su pintura.
A la hora de pintar y que no queden marcas indeseables, siempre es mejor pintar de arriba hacia abajo. No te pares en el medio de la pared. Lo mejor es terminar lo más alto posible. Es decir todo de una misma pasada. Para ello no es necesario que tomes mucha pintura. Lo ideal es tan solo añadir una fina capa de color. Ya tendremos tiempo para poder añadir una nueva.
Intenta iluminar bien el ambiente cuando estés pintando. De este modo te dará la mejor idea de cómo está quedando. La cinta adhesiva te servirá para que no te pases hacia esos lugares que no van a ser pintados. Acuérdate de cubrir y separar todo lo que no necesitamos. Sin duda, es un proceso que cuenta con un gran trabajo pero tampoco se puede decir que sea de lo más complicado.