Sabemos que la decoración en color blanco es un motivo para hablar de los interiores minimalistas. Aunque en ocasiones también nos podemos encontrar con una decoración de estilo rústico. Sea como fuere, ambas opciones presentan siempre unas claras ideas relajantes. La sensación de profundidad a la par que de luminosidad darán paso a unas salas llenas de belleza y de lujo. Tanto es así que os dejamos con los mejores ejemplos en forma de imágenes.
Un salón de tamaño reducido pero con mucha luz, gracias a las ventanas, puede definirse en la imagen que vemos en primer lugar. Con un sofá amplio y algunas butacas alrededor, ya tendremos la base de nuestro nuevo salón en color blanco. El relax lo tomaremos de esa decoración tan equilibrada, donde no hay alteraciones de colores intensos. Tan solo una suave dosis de color verde que viene de las plantas y flores, así como el marrón que llega para quedarse en los grandes detalles.
Seguimos con un salón de estilo rústico que también se adapta al estilo más blanco y luminoso. Sin duda, de nuevo será el sofá y sus butacas las que lo acompañen en esta combinación de ideas. La mesa de madera se combina con la alfombra en marrón, así como el cajón que decora la estancia. Un lugar perfecto en tonalidades neutras que serán la base de una decoración con gran armonía.
La elegancia ya viene de la mano de un salón un tanto más amplio. En este caso también destacamos la chimenea que es protagonista de un ambiente como éste. Seguimos destacando los colores neutros aunque en este caso, vemos cómo las cortinas se dejan llevar por algunos colores y estampados más dinámicos. Una manera perfecta de añadir la originalidad que también estos interiores necesitan. Porque la idea relajante no está reñida con algún que otro detalle de este estilo.
Las casas que cuentan con terrazas ya dominan mejor la técnica de la luz. Desde luego, en ambientes como éstos, las grandes cristaleras son perfectas para acompañarlos. Claro que la idea relajante parte de todo lo que tenemos por disfrutar fuera, pero también por los grandes detalles en forma de sofás que nos podemos encontrar en el interior. El color blanco se combina levemente con una mesa de madera y una alfombra en beige.
La sutil combinación del beige también queda perfecta para añadir a este entorno. Una mesa lacada en blanco, unas paredes y cortinas de la misma tonalidad, se distinguen de muy buen gusto para terminar una decoración del salón tan especial.