Su tradición y significado se remonta a varios siglos atrás y está relacionado con diversas cosas; para empazar se utilizaban acostadas y se colocaban velas en todo el circulo, que ayudaban a guiarse a los agricultores en el invierno, para saber en qué día se encontraban. Luego su significado fue transformándose, hasta quedar solo cuatro velas, que se encendían en las cuatro semanas anteriores a la Navidad y se acompañaba su encendido con una oración.
Hoy en día, ha pasado a ser un símbolo decorativo que se utiliza en las paredes y puertas, cada vez que comienza diciembre. Existen muchas maneras de crearlas, aunque las más clásicas están relacionadas con hojas de pinos o abetos, mezcladas con bolas navideñas.
Con el paso de los años, otros estilos se han ido instalando, como es el caso de los modelos rústico con hojas y ramas secas, semillas, frutas deshidratadas, falsos nidos, con pájaros de yeso y mimbre, etc.