Yo soy de esas personas que empapelaría toda mi casa con espejos…si me dejaran, claro. Me parece un detalle imprescindible en cada rincón, porque además de darle ese toque decorativo, sirve para comprobar que siempre estamos perfectas…sí, pueden llamarme presumida.
A parte de esto, los espejos son muy funcionales, ya que además, podremos colocarlos en cualquier habitación. Comenzamos, por la entrada o recibidor que es un buen sitio para ellos. Si es una pared grande, lo mejor es optar por un espejo redondo o rectangular, pero si quieres el toque moderno, opta por combinar dos del mismo estilo.
Si estamos ante una pared pequeña, entonces, los espejos que más le van son también pequeños y redondos. En el salón, podemos permitirnos cualquier estilo, siempre que vaya combinado con el resto de decoración del mismo.
Si la habitación es oscura, entonces le aportará mayor luminosidad uno que sea grande. Puedes añadirles algún marco o simplemente crear una composición asimétrica a lo largo de la pared.