Si queremos tener unas ventanas como nuevas y no nos apetece gastarnos dinero en comprar unas nuevas, hoy te dejamos una solución más económica y más rápida, que consiste en darle una mano de pintura. Primero, si la ventana está un poco vieja, tendremos que lijarla.
Una vez que la tengamos bien repasada, comenzaremos el proceso, tapando bien todas las zonas que no queremos manchar con la pintura. Ya sean los cristales o los bordes de la pared. Puedes aplicar cinta adhesiva de embalar que es muy sencilla de quitar luego.
Por ello también se recomienda usar una brocha que no sea demasiado grande, para poder llegar a todos los extremos y sin salirnos. Lo mejor es comenzar a pintar con la ventana cerrada, haciendo hincapié a las esquinas, con mucho cuidado.
Luego, la abriremos para hacer lo propio por la parte externa y dejaremos que seque. Depende del tipo de pintura pero quizás en un par de horas, estará lista para darle una nueva capa, ya que así quedará mucho más brillante.