Si ya hemos visto todas las claves del estilo nórdico, hoy volvemos a él, pero no en las cocinas o en las habitaciones de matrimonio, sino en las de los más pequeños. Como todos sabemos, este estilo se basa en el color blanco que inundará las paredes y hasta los muebles, creando una sensación de amplitud y minimalismo. Pero como a los niños les gusta el color, lo tendrán, aunque solo en los complementos como pueden ser los edredones y como no, los juguetes o cuadros que decoren la habitación. No nos podemos olvidar de los detalles hechos con materiales naturales, ya que le dan más vida a cualquier habitación.
No podemos olvidarnos que estamos hablando de habitaciones para niños y por eso, algo básico en ellas, serán los módulos para almacenar la máxima cantidad de cosas. Puedes adornar cada cuarto con papel pintado y hacer tus propios muñecos para que los niños disfruten al máximo de una habitación como ésta. Este estilo nórdico es siempre una buena opción para los lugares más pequeños, ya que, cuando se trata de habitaciones tipo buhardillas en las que no nos sobre el espacio, el color blanco y esa decoración sencilla, harán que se vea mucho más grande. Por último, si ves que te gusta algo más llamativo pero sin renunciar a este estilo, opta por los estampados de cuadros o rayas.