Será que llevamos unos días más agotados de lo normal o quizás que ya eso de que mañana sea lunes, no lo llevamos tan bien como pensábamos, por eso, hemos querido rendirle todo un homenaje al dormitorio. De nuevo estamos aquí con tres ideas que te sorprenderán y que en esta ocasión no vienen cargadas de grandes dosis de muebles o de ideas muy elaboradas sino que cuentan con los colores y que como tal, ya serán ellos los que se encargan de darle todo lo que necesitamos. Una de esas cosas es la luz y la tranquilidad del ambiente, así que en estas imágenes, lo encontraremos.
Comenzamos con el color amarillo que no es apto para todos los supersticiosos pero hay que decir que nos transmite la luz y la alegría del sol, por lo que siempre será bienvenido en nuestro hogar. Además, con él podremos combinar colores como el blanco o el crema para seguir apostando por la luminosidad. No hay más que ver un domitorio como éste y comprobaremos que es un color muy elegante y perfecto para un entorno así. Una sutil combinación de estampados y una decoración muy sencilla para no recargar el ambiente, será más que suficiente.
La combinación del color azul, siempre será perfecta para un dormitorio y es por ello que aquí la tenemos. De nuevo, debemos de reparar que cuando queremos que el color sea el protagonista no debemos de mezclar más, sino optar por las tonalidades de uno mismo. Es por ello que puedes pintar las paredes mezclando dos tonos de azul y dejar que el resto de muebles se encuentre decorado en color blanco. Además, puedes optar por los muebles más sencillos, dejando que la decoración minimalista se abra camino entre una habitación tan especial e igual de luminosa que la anterior.
Después del color amarillo y del azul, estaba claro que el malva tenía mucho qué decir. Nos gusta porque es uno de esos colores que nos transmite tranquilidad y es por ello que en un dormitorio no podía ser menos. Además, podemos combinar las tonalidades como más nos gusten ya que siempre es bueno optar por diversas combinaciones. Por ejemplo, en la pared del cabecero, dejaremos que sean las flores quien inunden esta zona dando lugar a una mezcla del color malva y el blanco. El resto de las paredes puedes dejarlas en blanco o en lila claro, haciendo lo mismo con los muebles hasta lograr un equilibrio.